ME QUITE LA ZAPATILLAS Y ME PUSE A DANZAR.

Una de mis pasiones siempre ha sido la danza, no lo niego amo el hip hop, la danza contemporánea y el belly dance, pero se preguntaran, que tiene que ver la danza con un wedding planner?

Una boda, significa un compromiso para toda la vida, o casi toda la vida. Es una danza que tendremos que practicar, si no sabemos danzar, cada día.

Soy de las que piensan que la mejor danza es, la que realizamos con nuestro futuro esposo, pero la mejor de la mejor es con nuestro papa.

Me quite las zapatillas y me puse a danzar significa, me libero en mi gran día y le dejo toda la responsabilidad a mi Wedding Planner. Aquellas, que saben danzar perfectamente, la danza del tiempo, de la coordinación y del perfecto día que desde niña fantaseamos.

Sincronizar nuestro ritmo y el de nuestra novia es, uno de los retos para para no caer en el piso de la equivocación. Cuando llegamos al salón o local nos imaginamos como será la boda de sus sueños no de nuestros sueños. Una Wedding apasionada por lo que hace, siente cada planificación como si fuera una danza y siente el ritmo de cada paso que dará.

La pasión por lo que uno materializa viene desde adentro, desde el amor más profundo que sentimos por lo que hacemos para que las cosas salgan tal y como lo soñó nuestro cliente. Por eso danzamos al ritmo de ellos, para que el salón o local se llene de luz y energía.

A mis novias siempre les digo, quítate las zapatillas y entra al salón de baile porque el estrés se libera con la confianza y con el ritmo de tu danza.

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Margioris